lunes, 11 de enero de 2016

BIANDITZ O MECERSE EN LAS ALAS DEL VIENTO

CORDALES DE BIANDITZ

Me gustan los espacios abiertos, las montañas altivas, con carácter, que se dejan acariciar por todos los vientos, fundirme con sus crestas herbosas, dulces, amables, mientras el viento acaricia mi cabeza y mis pasos parecen navegar sobre las hermosas lomas.

EN LAS ALAS DEL VIENTO

Me gusta vagar libre por sus cordales abiertos sobre el horizonte infinito, por sus verdes líneas de pastos, por sus collados, por sus senderos que dominan un paisaje estremecedor de cientos de picos y de intrincados valles escondidos al calor de los bosques, acariciar con mis botas la hierba bajo los cielos sublimes de viento sur. Buscar la seguridad de las montañas.
Son muchos los picos que nos regalan la oportunidad de sentir el viento como compañero en nuestro pausado caminar, uno de ellos es Bianditz, una montaña que eleva sus 841 metros sobre las montañas del recién “estrenado” Pirineo. 

BIANDITZ

Bianditz es una cima que a pesar de su modesta altitud, esconde multitud de tesoros que descubrir si nos acercamos a ella con humildad y ganas de saber de sus secretos, nos susurrara historias de antiguos seres mitológicos constructores de misteriosos círculos pétreos, de contrabandistas, de bosques profundos de hayas y robles, de carboneros, y de mil y una historias viejas y sabias.

HAYEDOS

Muchas son las rutas que nos permiten acceder a ella, como la que se interna por los densos hayedos de Artikutza, o la que nos coloca en la cima en rápidamente desde el propio alto de Bianditz, o la que sube desde los altos de Agiña. Pero hay una ruta a la que le tengo un cariño especial, una ruta bella, un tanto sentimental, en la que el viento nos mecerá en sus alas, y suavemente nos llevara por los collados abiertos hasta la cima. Se trata de la senda que parte del puerto de Aritxulegi, tras pasar por el refugio viejo, uno de los pocos libres y con un estado de conservación fantástico, el camino va ganando altura siguiendo los mojones que delimitan las tierras de Lesaka y Oiartzun, curiosamente los quince mojones que nos encontramos, tienen nombre propio, tomados del santoral y con advocación propia, de esta forma pasamos junto al mojón de Santo Tomás, San Juan, San Bartolomé, San Matías, San Mateo, San Felipe, San Judas, San Simón, Santiago el Menor, San Andrés, San Pablo y San Pedro, entre otros, curiosidades de nuestras montañas.

REFUGIO VIEJO DE ARITXULEGI

El camino alcanza suavemente unos preciosos ejemplares de hayas trasmochas que nos ofrecen su sombra ante un paisaje impresionante, 

HAYA EN EL CAMINO A BIANDITZ

despacio llegamos a un collado bajo la imponte mole del pico Errenga, desde aquí se nos presentan dos posibilidades, por una parte podríamos ascender la cuesta que tenemos frente a nosotros para hollar la cima de Errenga, y descender posteriormente por la otra vertiente hasta el collado de Mairubaratza, 

BIANDITZ DESDE EL CROMLECH DE MAIRUBARATZA

o bien tomar el camino que hacia nuestra derecha gana altura más pausadamente, y que nos llevaría hasta el mismo collado de Mairubaratza. 
CAMINO A BIANDITZ

Sea cual sea nuestro camino, al llegar a este collado se siente que estas en un lugar magico, impresionante, abierto a los cuatro vientos, frente a nosotros la cima de Bianditz se presenta atractiva, magnética, pero merece la pena detenerse unos momentos en este colladito y contemplar el conjunto de cromlechs que guarda celosamente. Los hombres prehistóricos ya sintieron el magnetismo del lugar y allí decidieron ubicar estos monumentos funerarios que datan del Bronce final y Edad del Hierro, círculos de piedras hincadas en el suelo, fieles guardianes de un pasado remoto, misterioso, probablemente sólo ellos sepan realmente su auténtico porqué, su esencia misma y tal vez en ese enigma estribe su enorme magnetismo. La mitología ha asociado estos monumentos megalíticos a unos personajes conocidos como mairus, así mairubaratza significaría huerto o cementerio de los mairus, estos seres son tipos de hombre de otros tiempos, no cristianizados, paganos por tanto, y de fuerza descomunal.   

CROMLECH DE MAIRUBARATZA
                       
Pero continuemos descubriendo los secretos de esta montaña sin igual, retomamos nuestro camino, acompañados del viento vamos ganando altura poco a poco hasta situarnos en la cota de Hirumugarrieta donde otro interesante conjunto de cromlechs nos aguarda para susurrarnos su misterioso pasado. En este lugar encontramos con otra de las curiosidades que nos tiene reservada el Bianditz, un curiosa piedra que a modo de mojón, presenta una talla en una de sus caras, representando el báculo cruzado con una barra horizontal, símbolo de la antigua orden militar de Roncesvalles, marca los límites de Artikutza, terrenos que pertenecieron a los monjes de Roncesvalles durante los siglos XIII a XIX, debido a una donación de la monarquía navarra, de aquí los monjes obtenían importantes beneficios, pues cobraban rentas a las gentes que explotaban el bosque, como eran pastores o carboneros. 

MOJON DE RONCESVALLES
                     

La cima de Bianditz queda al alcance de la mano, solo tenemos que dejarnos llevar por las alas del viento siguiendo el precioso cordal que llega hasta ella. 
CORDALES DE BIANDITZ

Desde su cúspide la vista es maravillosa, dominado gran parte de la costa vasca y landesa, al fondo las nevadas cumbres pirenaicas nos hablan de montañas altas, hermosas de aspecto inaccesible, con una atractivo difícilmente resistible para quienes amamos subir montañas, 

HORIZONTES INFINITOS

nos entretenemos en jugar a descubrir los cientos de picos que se abren ante nosotros, Txindoki, Anboto, Larrun, Ibantelli, Auza, Mendaur, Jaizkibel, Ernio,…más cerca las cumbres de Bunanagirre y Zaria nos marcan el paso hacia el imponente y enigmático cromlech de Oianleku, y un sinfín de montañas que nos invitan a subirlas a tratar de embaucarlas para que compartan con nosotros, su magia, sus misterios y sus secretos más profundos, de tratar de convencerlas de que formen parte de nosotros. 

CROMLECH DE OIANLEKU

Pero hoy estamos aquí en lo alto de esta bella montaña, descendemos por el mismo camino hasta el collado de Mairubaratza, pudiendo ascender al Errenga, y continuamos el sendero agradeciendo a la montaña lo vivido, lo compartido allí arriba. 

REFUGIO VIEJO DE ARITXULEGI

Solo nos resta encender un vivificador fuego en el refugio viejo y disfrutar de la charla, de la compañía y de la incomparable sensación de habernos dejado mecer por las alas del viento.  

jueves, 12 de noviembre de 2015

TXINDOKI. LA MAGICA ATRACCION DE LAS CUMBRES

TXINDOKI

Hay montañas que nos atrapan de forma irremediable, sus formas nos atraen con una fuerza magnética a la que nadie, que ame las montañas, puede resistirse, montañas que se nos antojan inaccesibles, altas, sublimes, inalcanzables, pero algo inexplicable, nos impulsa a intentar embaucarlas, a intentar convencerlas de que nos dejen disfrutar de sus secretos.
Una de esas montañas es el pico Txindoki, un hermoso espolón calizo que se alza en tierras gipuzkoanas, como si de un faro pétreo se tratara cierra la mítica sierra de Aralar por el norte, allí donde la montaña se precipita en profundos barrancos, hay quien dice que se asemeja al mítico monte Matterhorn o Cervino, ubicado en los Alpes suizos.


MATTERHORN

Si bien su nombre más conocido es Txindoki, este topónimo parece que haría referencia a una majada pastoril ubicada cerca de la cima, al este de la misma, su nombre auténtico sería Larrunarri o Ñañarri. No es el pico más alto de ningún catalogo conocido, ni el más difícil de algún otro catalogo empeñados en encasillar las montañas, pero su fuerza, su telúrica energía forma parte de muchos de los que amamos esta sierra magnética.
Txindoki lanza como un espolón hacia el cielo sus 1.342 metros de altitud, visibles desde múltiples lugares de nuestra geografía, se mire desde donde se mire, es una montaña que siempre se reconoce, que atrae nuestra mirada, nuestro deseo de subirla una y otra vez.
Guardiana de ancestrales leyendas, como aquella que nos cuenta que cerca de su cima la diosa Mari, la principal deidad del panteón vasco, tiene una de sus moradas, se trata de Marizulo, una fabulosa cueva en la que habita la diosa, es esta una de sus múltiples moradas, junto con otras ubicadas en otras montañas como Murumendi, Aketegi,…. Dicen las leyendas que se sabe cuando la diosa está en una u otra de sus moradas, porque una neblina cubre la cima del pico, pero no se trata de niebla, sino del humo que emana su chimenea.


TXINDOKI. MARI ESTA EN SU CUEVA

Muchas son las rutas que alcanza su vértice, el más transitado, quizás demasiado, en algunos momentos, es el que parte del barrio de Larraitz, perteneciente al municipio de Abaltzisketa. La ruta comienza en el área de Zamao, tras haber dejado atrás la ermita de la Virgen de Los Remedios. 


ERMITA DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS EN LARRAITZ

Me gusta llegar a Larraitz aún de noche, con las estrellas iluminado el cielo y la luna alumbrándome en mi solitario caminar, tomar entonces la ruta hacia lo más alto de la montaña, es una sensación que me hace sumergirme un poquito más en mi interior, esa introspección unida al nerviosismo de la ruta, al caminar despacio hacia su vértice, es algo difícilmente repetible, es entonces cuando el silencio de la montaña te envuelve, te atrapa en sus dulces redes tejidas de árboles, praderas, rocas, sentimientos, vida, libertad. Es en ese momento en que caminas despacio rodeado de una soledad total, de un abrumador silencio cuando se funde tu alma y la montaña, cuando eres realmente libre, libre de criticas, de condicionamientos, de envidias propias y ajenas, de sies y noes, de dudas e incluso de certidumbres. Quizás sea eso, esa libertad extrema, dulce, salvaje, primigenia la que nos hace amar las montañas, quizás sean ellas las que nos devuelven por unos instantes a nuestro yo original, a nuestro ser más arcaico y profundo. Quien sabe, amigo, o tal vez sencillamente se trate de una caricia, o muchas, mutuas, entre los vientos profundos de las montañas y nuestras botas en la hojarasca, en el barro de los caminos o en las dulces praderas de altura.
Una pista evidente acaricia la cara norte de la montaña, a nuestra izquierda queda la peña de Neskarri y su enigmática leyenda, el camino va ganando altura poco a poco, dejando a nuestra derecha la ruta que se dirige hacia Auza Gaztelu


AUZA GAZTELU

Cruzamos una puerta metálica antes de que el camino se interne en un pinar, en este punto encontramos una cruz en una roca que pudiera marcar el ancestral camino hacia San Miguel in Excelsis o algún suceso que pudo acaecer en estas lindes, la historia se ha perdido en el tiempo, pero allí sigue como un testigo que guarda para sí el porque de su existencia. 


MISTERIOSA CRUZ CAMINO DE TXINDOKI

Hemos pasado a la vertiente oeste de la montaña, que nos regala unas extraordinarias vistas de sus vertiginosas paredes, reducto acotado para escaladores. Alcanzamos así la fuente de Oria Iturri, encajonada entre las paredes de Txindoki y la preciosa vista del pico de Auza Gaztelu, que se muestra ante nosotros hacia el oeste, atractivo, inexpugnable pero profundamente hermoso. 


FUENTE DE ORIA ITURRI

Poco a poco el día se despereza, las sombras van adquiriendo formas, maneras reconocibles, los entresijos de la noche se retiran alas profundidades insondables de la tierra, las montañas que solo intuíamos, que sentíamos sin ver, van adquiriendo forma como en un óleo colorista, bajo el sol recién nacido que baña de color todo a sus pies, las sombras van poco a poco adquiriendo sentido, o simplemente somos capaces de interpretarlas.


AMANECE CAMINO DE TXINDOKI

Tras la fuente, es posible recortar tiempo de ascensión si tomamos la canal que asciende hacia nuestra izquierda y que nos llevaría en fuerte pendiente hasta el collado de Egurral. Pero para subir a esta cima es mejor disponer de tiempo, de disfrutar de cada segundo, de cada paso, así que seguiremos por su ruta clásica, más larga pero mucho más atractiva. Un evidente camino que salva un fuerte desnivel nos llevará hasta el collado de Zirigate, cercano a una majada de pastores, símbolo de esta sierra. 


VISTA DESDE EL COLLADO DE ZIRIGATE

Desde aquí el panorama es sublime, dominando un amplio paisaje de montañas y de valles, a nuestra derecha se pierde el camino que nos llevaría hasta el recóndito y encantador valle de Alotza, que esconde celosamente la leyenda del menhir de Saltarri
MENHIR DE SALTARRI EN ALOTZA

Pero hoy hemos de continuar hacia nuestra izquierda, buscando esa cima que nos contempla desde las alturas, de aspecto difícil pero cautivador. 


TXINDOKI DESDE EL COLLADO DE ZIRIGATE

Poco a poco el camino va ganando altura hasta llegar al colado de Egurral, un sitio de referencia, donde parar un momento en nuestro caminar y reponer fuerzas antes de lanzarnos hacia la impresionante cuesta que tenemos frente a nosotros. Es curioso, siempre que he llegado a este collado abierto a la caricia del viento, he sentido cierto temor, o respeto hacia la cuesta que se presenta ante nosotros, es el último tramo de ascensión al vértice de Txindoki, pero visto desde aquí, a más de uno nos han dado ganas de darnos la vuelta y buscar rápidamente el valle. 


COLLADO DE EGURRAL

Pero sigamos adelante, despacio, sintiendo cada paso, dejándonos embaucar por la llamada telúrica de la montaña, poco a poco vamos ganando altura, hasta que de repente ya no hay más cuesta que subir, fugazmente, sin darnos cuenta, estamos en la cima. Es un momento mágico, aquí confluyen todas las rutas, aristas, paredes y caminos que osan acariciar la montaña, estamos en la cumbre, en lo más alto, la montaña, nos ha permitido acariciar su misterio, mostrarnos su cúspide, compartir con nosotros sus más profundos secretos. Nos entretenemos en dejarnos acariciar por el sol de su cumbre, jugamos a descubrir los mil y un picos que la vista alcanza a ver, a buscar los valles, los ríos, la mar….. Estamos en comunión con la montaña con nuestra montaña, nos cuesta arrancarnos de su vértice pero es hora de bajar, de agradecer a nuestra cima su complicidad, su regalo, es hora de desandar el camino despacio, sin prisa, saboreando lo vivido allí arriba, regresamos al valle, a contemplar la montaña desde la “seguridad” del mundo civilizado, o quizás estemos más seguros en la magnificencia de las cimas, quien sabe, cada cual busca sus respuestas donde puede.
Hay otros caminos que llegan a su cima, por el bucólico y delicioso vallecito de Muitze,

MUITZE

por su alpina arista oeste, desde los vallecitos de Ondarre, desde Igaratza por Alotza,

IGARATZA

por la calzada de Enirio, o por donde cada cual desee perderse y reencontrarse con ese Aralar atractivo, misterioso, solitario, y tal vez con uno mismo.
Acercaros ha esta sublime montaña, enamoraros de sus aristas, de sus senderos, de sus vertiginosas paredes, de sus leyendas y su magia, pero acercaros, subirla, 
escalarla, ,caminarla, contemplarla, acariciarla, lo que más os apetezca, pero sentirla, disfrutarla, no os defraudará, su energía os acompañará durante mucho tiempo, dejar que os enamore, si os acercáis a su magia, formará parte de vosotros, y siquiera por un momento fugaz pero mágico, formareis parte de ella. 

miércoles, 21 de octubre de 2015

USHUAIA. PROFUNDO MAGNETISMO AUSTRAL

USHUAIA

Hay lugares cuya simple mención hacer volar nuestra imaginación, nuestro deseo, nuestra curiosidad, nuestras ganas de coger la mochila y lanzarse a la aventura para sumergirnos en su misterio, son lugares magnéticos, atractivos, irrepetibles, sublimes. Uno de estos parajes únicos es la ciudad de Ushuaia y su entorno rodeado de una naturaleza desbordante, descomunal y magnifica. 

USHUAIA BAJO EL TEMPORAL

Dicen las guías de viaje, que Ushuaia es la ciudad más austral de la tierra, la que roza con la punta de sus dedos el sur, el gélido sur, la Antártida llama a sus puertas, y tal vez sea por esa localización única lo que la hace uno de los sitios más magnéticos de nuestro planeta.
Ushuaia esta enclavada en la isla Grande de Tierra de Fuego, en la provincia argentina de “Tierra de Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur”, si bien el islote, separado del continente americano por el estrecho de Magallanes, comparte administración con Chile. 

ANDES FUEGINOS

La ciudad se agazapa bajo los Andes Fueginos, que la rodean tanto por el norte, como por el oeste y el este, mientras que hacia el sur baña sus costas el mágico Canal de Beagle, cuyas aguas son una mezcla de los océanos Pacifico y Atlántico, de hecho Ushuaia es la única ciudad argentina ubicada en la zona occidental de los Andes y la única cuyas costas baña el Pacifico.

CANAL DE BEAGLE

Ushuaia está rodeada por el parque de Tierra del Fuego, ancestral hábitat de los Yámanas o Yagan, un pueblo indígena que habitó este archipiélago desde hace aproximadamente unos 6.000 años, pueblo nómada, que utilizaba canoas para desplazarse y cuya dieta se basaba en la caza, pesca y recolección.
MAQUETA DE LOS YAMANAS EN EL MUSEO DE USHUAIA

Sus orígenes pudieran estar entre los primeros pobladores del continente que cruzaron por el estrecho de Bering procedentes de Asia, o bien fruto de un desplazamiento de cazadores que procedían de la mítica Patagonia. De hecho, la denominación de la ciudad viene del antiguo idioma yámana, “ush” que significaría “al fondo” y “waia” que sería “bahía”, viniendo a significar bahía profunda o bahía al fondo. 
Esta cultura arcaica como el tiempo, nos ha dejado su impronta y se saborea su legado susurrándonos sus viejas historias, entre los insondables bosques patagónicos.

RECONSTRUCCION DE UN HABITAT YAMANA EN EL PARQUE DE TIERRA DE FUEGO

El primer contacto de los europeos con esta tribu indígena, pudo ser en el año 1578, cuando el marino Francis Drake, arribó con su tripulación a las costas del sur del archipiélago de Tierra de Fuego, tras ser zarandeados por un temporal durante 52 días. Tomó entonces contacto con indígenas que allí habitaban, pudiendo ser yámanas o kawesqar. Drake toco tierra, lo más probable, en bahía Desolada al oeste de Ushuaia, o en isla Henderson. Oficialmente no sería hasta el año 1884, concretamente un 12 de octubre, cuando se funda la ciudad de Usuhaia, año en el que Augusto Lasserre creó una subprefectura ubicada junto a una misión anglicana establecida anteriormente, para reafirmar la soberanía argentina.

LEONES MARINOS

El parque guarda numerosos secretos tanto en su fauna como en su flora, animales como zorros, pingüinos magallánicos, nutrias, lobos marinos o el castor americano se ocultan entre sus insondables profundidades, cubiertas por un magnifico bosque magallánico 
BOSQUE MAGALLANICO

donde encontramos entre otros árboles el mítico calafate, se dice que quien viaja a estas latitudes y come el fruto del calafate ha de volver. 

CALAFATE

Todo ello con el telón de fondo de enigmáticas montañas, cimas que ejercen un magnetismo telúrico sobre nosotros, un arcaico misterio nos atrae hacia sus alturas, nos hechizan, nos invitan a admirar sus formas inaccesibles, altas, lejanas pero profundamente sobrecogedoras.
Un viejo tren conocido como “El tren de Tren del Fin del Mundo” conecta la ciudad de Usuhaia con el parque, este ferrocarril servia antiguamente a la prisión de la ciudad. El Fin del Mundo, así se conoce a este lugar, Ushuaia, la ciudad del fin del mundo.

MONTAÑAS DE USHUAIA

Hacia el sur, Ushuaia abre sus brazos al misterio a espacios inexplorados, a sueños de navegantes intrépidos, de aventureros, de gentes valientes, inquietas, de soñadores que dirigen sus pasos hacia el sur hacia, el gélido y magnético sur, la Antartida, se siente, se huele, su frío acaricia nuestros rostros mientras navegamos por el canal de Beagle, 

NAVEGANDO EN EL CANAL DE BEAGLE

el misterioso, seductor e insondable canal de Beagle, en el que se ubica el conocido faro de Les Éclaireurs, es un faro chiquito, modesto, pero terriblemente enigmático y hermoso. 

FARO DE LES ECLAIREURS

Ubica su torre circular de 11metros de altura, de ladrillo rojo y blanco en un islote en medio del canal, rodeado de leones marinos y de aguas profundas que nos hablan de los secretos del Pacifico y el Atlántico, de naufragios y sueños, de conquistas y navegantes avezados que se lanzaban a las profundidades de estas aguas gélidas bañadas por los fríos antárticos. 

LEON MARINO

Vienen a nuestra mente míticos nombres como el cabo de Hornos o el estrecho de Magallanes cuya simple mención, era capaz de helar la sangre del navegante más bregado. Esto es Ushuaia y la tierra del Fuego, el Fin del Mundo, un lugar increíble, magnifico en su belleza, duro en su naturaleza extrema, es un lujo sentarse en la bahía, con el mural natural de la ciudad sobre el canal de Beagle pintada como un óleo sobre el lienzo de las montañas del Martial, meter los pies en las frías aguas de su costa dejándonos acariciar por estas inmensas aguas antárticas, conscientes de estar en un lugar único en el mundo, en las fronteras australes de nuestro planeta.

USHUAIA

Siguiendo el consejo de la vieja leyenda comimos el fruto del Calafate, quien sabe quizás volvamos a acariciar la magia de la ciudad austral, lo que si es seguro es que Ushuaia ha dejado una profunda huella en nuestro ser, a compartido siquiera efímeramente con nosotros, su profundo misterio.

sábado, 3 de octubre de 2015

OTOÑO. LA MAGIA DE LOS BOSQUES



Hayas, robles, abedules, arces o castaños, siguiendo su telúrico ciclo, sin prisa, componen estos días, una armónica paleta de tonos cautivadores, enigmáticos, desplegando mil y un matices de ocres, marrones y amarillos que pintan las laderas de nuestras montañas, anunciando a los cuatro vientos que ha llegado el otoño.


Algo magnético, inexplicable, profundamente atractivo, nos lleva a buscar la magia del bosque, a sumergirnos en su arcaico susurro, a dejar que la hojarasca acaricie nuestras viejas y gastadas botas, algo en lo más profundo de nuestro ser nos conecta con ese ancestral ritmo natural, nos lleva a escuchar el rumor del viento en las ramas de los árboles mientras nuestro espíritu se sumerge en la inmensidad de los bosques, es la magia del otoño.


Es el momento en que la naturaleza se prepara para el invierno, poco a poco, los hombres y rebaños, van descendiendo en busca del calor y la seguridad de los valles, los árboles comienzan a replegar su savia y los habitantes del bosque hacen acopio de víveres para el invierno. 
También nosotros, poquito a poco, nos sumergimos en nuestro propio interior, buscando esa esencia que a menudo se nos esconde, como queriendo pasar desapercibida ante el maremagno del ritmo diario.


Es tiempo de saborear la otoñada, de admirar los cielos casi irreales que nos traerá el viento sur, antes de dejar que la montaña se quede sola consigo misma, y busquemos refugio en la calidez del hogar, desgranando leyendas de nuestros mayores, junto al fuego.



Escapémonos a la libertad de las cumbres, a sentir en nuestras venas la ancestral magia de los bosques, a buscar siquiera, por unos efímeros segundos, nuestro yo más profundo, al fin y al cabo somos naturaleza.

viernes, 18 de septiembre de 2015

LA VISITA DEL AINGERU A IGARATZA. FERVOR EN LA SENCILLEZ

RECIBIMIENTO AL "AINGERU" EN LOS ALTOS DE ERRENAGA

Cada año, fiel a su cita con la tradición, la imagen del Arcángel San Miguel, abandona, por unas horas, su templo en 
las alturas de Aralar, para visitar la ermita de Igaratza, escondida en el hermoso paraje de Errenaga, allí donde Aralar nos muestra uno de sus muchos secretos, descubriéndonos un paisaje de horizontes abiertos hacia el oeste. 

SANTUARIO DE SAN MIGUEL IN EXCELSIS

ERMITA DE IGARATZA

VISTA DESDE IGARATZA

Es esta visita el único momento del año, en que el “Aingeru” visita territorio gipuzkoano, tras haber llevado a cabo su periplo por diferentes localidades navarras en los meses previos. Es esta una costumbre relativamente reciente, pero que tiene una raigambre especial, profunda en las almas de quienes amamos la sierra de Aralar.

IGARATZA

Esta singular tradición, data del año 1947, cuando se inauguró la ermita de Igaratza, desde esta fecha, cada principio del mes de agosto, la entidad montañera “Aralarko Adiskideak-Amigos de Aralar” de Tolosa, organiza una jornada festiva cargada de encanto, magia y fervor popular, a la que acuden cientos de peregrinos. 

REFUGIO DE LOS AMIGOS DE ARALAR

Allá por el año 1946, se inauguró, concretamente el día 15 de septiembre, una modesta capilla en Igaratza bajo la advocación de la Virgen de Arantzazu, con el fin de que los pastores que se hallaban en la montaña, pudieran asistir a la misa dominical, pues los templos de los pueblos circundantes de la sierra, les quedaban a varias horas caminando. Inicialmente se decidió celebrar el oficio religioso desde el 1 de mayo hasta el 1 de noviembre, pues en las fechas restantes, los rebaños y sus pastores transhumaban, buscando la calidez de los valles. Pronto, la ermita se quedó pequeña, y se amplió reinaugurándose la nueva capilla el día 21 de septiembre de 1947, y fijando las misas entre el tercer domingo de mayo y el tercer domingo de octubre.
La cita es un evento sencillo, silencioso, profundamente íntimo, son muchos los peregrinos que acuden a Igarazta por el abrupto camino de Minas, o por las sendas de Lizarrusti, desde el valle de Larraul por Prantzes Erreka, o por el paraje de Amorleku desde Uharte Arakil, por Uztoki subiendo desde Lakuntza, por la ancestral calzada de Enirio o por Burdingurutzeta. 

PRANTZES ERREKA

CALZADA DE ENIRIO

Cada uno por su camino, a su forma, sin protocolo, sin normas ni restricciones, algunos en solitario inmersos en sus pensamientos, otros en familia, pero sin prisa, sabedores de que vivirán una jornada y una experiencia única, en su humildad, que contrasta con el enorme fervor que se respira. Otros muchos deciden acompañar la imagen del “Aingeru” en su camino desde la emblemática Guardaetxe o casa del guarda, actualmente sólo hay un solar vacío donde se encontraba el entrañable refugio, un solar vacío en el que se esconden profundos recuerdos de muchos de nosotros al calor de su fuego, un solar vacío fruto del absurdo, del intento de restar carácter a nuestra montaña, pero continuemos nuestro camino, no sea que donde hoy hay un solar vacío pronto haya un restaurante de comida rápida. Allí llega la efigie desde su santuario en lo alto de la montaña, la expectación es máxima entre los presentes, y todos se acercan a ver la imagen durante el ratito que queda expuesta antes de iniciar la ruta. 

EL "AINGERU" EN GUARDETXE

Poco a poco los montañeros van poniéndose en marcha junto a los portadores de la imagen que irán turnándose en su cometido hasta los altos de Errenaga. 

CAMINANDO HACIA IGARATZA CON EL "AINGERU"

Es una experiencia única acompañar al “Aingeru” en su camino entre la verde cúpula de hojas de las hayas, algún rayo de sol, tímido se cuela entre las hojas iluminado la plata sobredorada que cubre la imagen de madera, un caminar lleno de magia, de compañerismo y de profunda belleza. Poco a poco va desgranándose el camino, tras pasar el característico alto de Korosabarrena, se avista el mítico paraje de Pago Mari, unido a la leyenda que le da nombre, las alturas de la sierra van asomando entre el hayedo y los laberintos calizos, tímidas, guardando celosamente todos esos tesoros que nos tienen reservados a quienes acariciamos sus laderas con nuestras viejas y gastadas botas. Como si de un arcaico canto de sirena se tratase, es inevitable sentir una telúrica atracción hacia esas cimas, sentir el impulso magnético de lanzarnos hacia ellas a caminarlas, a sentirlas, a embaucarlas para que aunque sea fugazmente compartan con nosotros sus insondables misterios. Pero hoy no es el momento, hoy estamos inmersos en un ancestral rito, acompañamos sin prisa a la esfinge de Aralar, que atesora leyendas, cuentos, historias e historia, amor, fervor, sentimiento, magia, un tesoro entre las manos de sus potadores. 

CON EL "AINGERU"

Poco a poco vamos llegando a los ocultos pasos de Ormazarreta, donde se esconde celosamente una profunda y conocida sima, se atisba, ya, el alto de Errenaga, allí junto a la muga esperan cientos de romeros que han acompañado al Cristo de la ermita de Igaratza, que ha salido ha recibir como se merece al “Aingeru”. 

CON ERRENAGA A LA VISTA


RECIBIMIENTO AL AINGERU

Es un momento profundamente hermoso, la emoción se refleja en los rostros cuando ambas imágenes se besan bajo la atenta mirada de los presentes y de las magnificas montañas de Aralar. 

LLEGANDO A ERRENAGA

Juntos descienden por el caminito hasta la ermita, donde a las doce del mediodía se celebra la misa, en el exterior, sobre un altar provisional, los fieles se reparten alrededor sobre la hierba de Igaratza, es un momento lleno de magia, bello en su sencillez y humildad pero magnifico en su fervor.

CAMINANDO HACIA LA ERMITA BAJO LA ATENTA MIRADA DEL PUTTERRI


EL "AINGERU" EN LA ERMITA DE IGARATZA


Tras los oficios religiosos viene el momento de la música y el baile, poco a poco los romeros van tomando posiciones para disfrutar de la jornada festiva. Llegada la tarde, cada uno va retornando a su ritmo por los mil y un caminos de la sierra, despacio, caminando llenos de emoción y sentimiento, de vivencias y de satisfacción, con el viento susurrándoles mil y una historias de nuestra sierra, y con el orgullo de haber sido parte, siquiera por un instante de la vieja tradición de la montaña.