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viernes, 5 de noviembre de 2021

CASTRO DE BAROÑA. AL ARRULLO DEL ATLÁNTICO

 

EL CASTRO DE BAROÑA ASOMADO AL OCÉANO

La fuerza inconmensurable del Océano, bailaba su atávica danza con las piedras del viejo castro. Ambos, creaban un espectáculo dulce, sutil, hermoso como pocos, creaban una energía amorosa, compartida durante milenios. De alguna misteriosa forma, no podría entenderse el uno sin el otro, sus almas, pétrea la una y acuosa la otra, estaban fundidas de manera inseparable. Quizás ellos, y solo ellos sabían el auténtico secreto del viejo castro, el auténtico motivo por el que nuestros ancestros decidieron levantar su lugar de vida en aquella pequeña península. Ellos y solo ellos, sabían ese secreto arcaico, que de alguna forma nos llamaba insistentemente desde su alma ancestral. Y nosotros, no dudamos un segundo en lanzarnos a sumergirnos en sus profundidades mágicas.


EL ABRAZO DEL MAR Y EL CASTRO

Sobre una pequeña península, llamada Punta do Castro,  azotada por los vientos del Atlántico, en un extremo del oeste de la mágica Galicia, se levanta el precioso castro de Baroña. Perteneciente a la parroquia de Baroña, ubicada en el municipio coruñés de Porto do Son, que se agazapa en la zona Noroeste de la Península de Barbanza. El viejo castro sabe de los pasos, de la vida de nuestros ancestros celtas, pero también sabe de los vientos desatados del Océano, de las sobrecogedoras borrascas del Noroeste, sabe de vida, de armonía, de belleza, de fuerzas desatadas de la naturaleza.


EL CASTRO DESDE EL AIRE

El castro, típico costero galaico, parece que estuvo ocupado entre los siglos I a.C., al I d.C., y estuvo protegido en la zona de conexión con la costa por dos murallas. Su ubicación aprovecha la protección que le otorga el océano en varios de sus flancos. Se compone de cuatro recintos diferenciados por diferentes estructuras. Se defendía de tierra con un foso de 57,5 metros de largo, casi 4 de ancho y de una profundidad máxima de 3 metros. Luego encontramos dos muros paralelos de 1 metro de ancho, de mampostería y rellenos de piedra y arena, que formarían una segunda muralla de 6 metros de anchura. Pasamos a un segundo recinto, ya sobre la propia península, en el que se abre la puerta principal flanqueada por bastiones y una rampa que da acceso a un núcleo formado por 16 viviendas o edificaciones castrexas .A continuación llegamos al tercer recinto separado del otro por muros de contención, al cual se accede por unas escaleras entre gruesos pilares que podrían haber formado en su origen una cubierta o bóveda de entrada, algo único hasta ahora en la cultura castrexa.

 

MURALLA

Nos vamos ahora a la zona alta del castro, desde donde el espectáculo es increíble, las rías de Muros y Noia, la costa gallega, el castro, las playas,… un regalo para nuestros sentidos. Aquí arriba, llaman nuestra atención unas piedras, y rocas dispuestas supuestamente de una manera artificial para marcar diferentes eventos astronómicos, como pueden ser los solsticios. Este hecho, junto con algún que otro elemento, nos hace pensar que nos encontramos ante un santuario de origen galaico.


VISTA DEL POBLADO DESDE LAS PIEDRAS SUPERIORES

Existen discrepancias entre los historiadores sobre quienes fueron los pobladores de estos castros, mientras que algunos defienden que fueron los celtas, otros aseguran que no existen evidencias suficientes para demostrar esto. Los castros fueron habitados hasta uno o dos siglos después de la llegada de los Romanos. Si se sabe que en la región de Barbanza habitó la tribu celtica de los Presamarcos.


CASA CASTREXA

Parece que el castro fue autosuficiente, y en el morarían granjeros que cultivaban las tierras. Además se consumirían animales como cabras u ovejas y productos que el mar les ofrecía como pescados y mariscos. No parece que hubiera agua en el interior del poblado, por lo que deberían ir a buscarla fuera del poblado.


ESCALERAS DE ACCESO

Se excavó por primera vez en el año 1993, por Sebastián González-García., luego continuaron las excavaciones en los años 1969-70, 1980 a 1985, y fue rehabilitado en el año 2012. Si bien las primeras noticias del mismo nos llevan al año 1754.


ATARDECE SOBRE EL ATLANTICO EN PORTO DO SON

Dese prisa amigo lector, camine pausadamente a la llamada telúrica del castro de Baroña, acuda con la mente y el corazón abiertos. Déjese embaucar por su magia, por su arcaica energía de piedra y salitre. Acuda antes de que la ignorancia, la desidia o la codicia, lo destruyan. Acuda antes de que tan solo sea un recuerdo, camine, pare, siéntese entre los restos de sus casas, habitadas hace milenios. Sumérjase sin pensarlo en las aguas del océano que lo rodean, ellas saben muchos secretos de lo que allí se vivía, se los susurraran delicadamente. No deje de acudir, de sucumbir a su arcaica llamada.

 













viernes, 4 de septiembre de 2015

PELENDONES. ENIGMATICA CULTURA EN LAS FUENTES DEL DUERO

ATARDECE SOBRE LA TIERRA DE LOS PELENDONES


El Duero nace, humilde, apenas un hilo de agua, que poco a poco se irá convirtiendo en el grandioso río 

RIO DUERO A SU PASO POR SALDUERO

que viaja durante kilómetros buscando la inmensas profundidades del Océano Atlántico. 

OCEANO ATLANTICO


Ve la luz en las montañas del Sistema Ibérico, al norte de la provincia de Soria, es esta una región de enormes bosques, sobre los que sobresalen altivas cumbres que sobrepasan los 2.000 metros de altitud, una zona hermosa y atractiva, cautivadora y misteriosa. 

MONTAÑAS DEL SISTEMA IBERICO

Tierras habitadas por el ser humano desde la prehistoria, que han visto pasar los siglos, las historias, las leyendas y los viejos cuentos desde su telúrico silencio. A estas tierras llegaron allá por los siglos VIII-VII a.C., los Pelendones, un grupo tribal de origen céltico, proveniente de Europa, que atravesando los Pirineos por Roncesvalles, se instalaron al abrigo de las montañas del Sistema Ibérico. 

SISTEMA IBERICO

Su territorio estaría ubicado entre las localidades de Agreda, al este de Soria, hasta Salas de Los Infantes, 

SALAS DE LOS INFANTES

ya en terreno del actual Burgos, y desde la sierra de Cabreras donde se ubica la mítica y magnética Fuentona, hasta los Picos de Urbión. 

LA FUENTONA DE MURIEL

Este grupo, encierra en lo más profundo de su historia, misterios insondables que sólo acertamos a imaginar, quizás eso sea lo que hace tan atractiva su ancestral cultura, lo que hace que sintamos ese magnetismo que nos lleva a conocer su ancestral legado. Más tarde formarían parte de lo que se conoce como la Celtiberia, termino que se ha utilizado para designar a los pueblos prerromanos celtas o celtizados establecidos en la Península Ibérica aproximadamente desde el siglo XIII a.C., hasta la romanización allá por los siglos II a I a.C. Además de los Pelendones, formaban la Celtiberia los Arévacos, Berones, Belos, Titos, Lobetanos y Lusones, abarcando las actuales La Rioja, Soria, parte de Burgos y de Segovia, Guadalajara, zonas de Zaragoza y de Teruel, parte de Cuenca y de Valencia. Así mismo las fuentes clásicas realizan una subdivisión de la Celtiberia, por una parte tendríamos la Celtiberia Ulterior, de carácter pastoril y gentes aguerridas, ubicada en la zona de las fuentes del Duero, y que estaría formada por las tribus de los Berones, Pelendones y Arévacos, y por otra la Celtiberia Citerior, de carácter más agrícola y urbano compuesta por los Beros, Titos, Lobetanos y Lusones. La Celtiberia, además de ser un concepto histórico, es actualmente un sentimiento de pertenencia, que se respira cuando uno pasea por los lugares que la compusieron, Calatañazor, 

CALATAÑAZOR

La Fuentona de Muriel, Vinuesa, San Leonardo de Yagüe 

SAN LEONARDO DE YAGÜE

o Numancia, entre otros, conectándonos con lo más profundo de esta vieja cultura.

NUMANCIA

Las fuentes nos hablan de una tribu cuya organización se basaba en clanes independientes, pero perfectamente coordinados, pues estaban regidos por consejos de ancianos, destacaba su organización de igualdad entre hombres y mujeres. Su economía se basaba en la transhumancia, sin embargo este dato contrasta con la calidad de sus asentamientos, hasta tal punto que dichos asentamientos ha dado lugar al conocido por los especialistas con el término de “castro soriano”. 

CASTRO SORIANO

Este fenómeno surge hacia el siglo VI a.C., momento en el que se van formando emplazamientos, que dieron unidad al territorio, actualmente se conocen unos 30 de estos castros, se instalaban en cerros de altura moderada, desde donde se dominaba una parte importante del territorio que lo rodea, lo defendían con murallas. 

MURALLAS DE NUMANCIA

Muchos de estos emplazamientos, conservan aún hoy parte de sus estructuras, muchos cerros sorianos nos susurran su pasado vinculado a la extraordinaria cultura celta, son poblados chiquitos, pero que guardan en su belleza, la esencia de los tiempos. Tenemos muchos ejemplos, como el castro del Alto del Arenal en San Leonardo de Yagüe, 

ALTO DEL ARENAL EN SAN LEONARDO DE YAGÜE

el castillo en la ciudad de Soria, o el castro del Pico en Cabrejas del Pinar, por citar algunos. 

CASTRO DEL PICO EN CABREJAS DEL PINAR

La mítica ciudad de Numancia, referente en la lucha contra los romanos por su resistencia a la invasión, perteneció a los Pelendenos, si bien a lo largo de su historia, paso sucesivamente de manos pelendonas a manos arévacas, de hecho en el momento de la mítica resistencia ante Roma, Numancia pertenecía  a los Arévacos, los Pelendones eran aliados de estos, pero no pudieron socorrerles en el cerco por la amenazas del poderoso ejercito romano.

CERRO DE NUMANCIA

Los castros, presentan además de la muralla, piedras hincadas alrededor, formando parte del sistema defensivo, también presentaban torreones y fosos, las casa eran construcciones de mampostería, donde se desgranaban al calor del fuego viejas leyendas transmitidas de padres a hijos, tal vez quien se acerque a ellos con humildad, podrá escuchar al viento susurrándole estos ancestrales cuentos perdidos en la inmesisdad de los siglos.

FUEGOS ANCESTRALES

Eran sociedades tribales que desarrollaban su vida alrededor del castro, eran igualitarias aunque existían diferencias de riqueza, adoptando una explotación colectiva de la tierra. No se permitía el uso de esta tierra a los ajenos a la colectividad, lo que dio lugar a una individualización de cada territorio, marcando claras fronteras.
Según las fuentes tenían una divinidad  que al parecer se relacionaba con la luna, que era el dios de origen celta “Dis Pater”, que posteriormente fue asimilada por la mitología romana en Plutón. Tenían otras deidades como Drusuna que protegía el mundo vegetal, Lugodes o las matres

MATRIBUS USEIS

Una costumbre muy extendida entre los pueblos celtas, que practicaban los Pelendones, era la de abandonar a los soldados muertos en batalla, en determinados lugares o santuarios naturales, para que los buitres, animales sagrados, los devoraran y los devolviera de esta forma a los dioses del cielo.

BUITRES


La tierra de los Pelendones es pinariega, de hecho así se llama actualmente esta comarca Soriana, comarca de Pinares, extensas manchas de pino se agazapan bajo la atenta mirada de los picos de Urbión y de la sierra de la Demanda. 
BOSQUE DE PINOS SORIANO

Aún hoy podemos pasear con calma entre estos inmensos bosques cargados de belleza, escuchar el susurro de los tiempos y dejarnos embaucar por el magnetismo telúrico de las tierras de los Pelendones. 

viernes, 20 de diciembre de 2013

CASTROS CELTAS: LA MAGIA DE UNA CULTURA ANCESTRAL


CASTROS CELTAS. Un antiguo legado

 
CASTRO DE A CIDÁ
-Costa da Morte-


Bosques brumosos de árboles centenarios; acantilados profundos bañados por la bravura del Océano Atlántico; antiguos mitos; elfos; duendes; misteriosos megalitos, que ocultan su historia y sus secretos en la profundidad de sus primitivas piedras; ancestrales leyendas que hunden sus raíces en lo más profundo de la cultura de la vieja Europa; druidas; y por supuesto enigmáticas aldeas, los castros. La magia de la ancestral cultura de las tribus celtas está rodeada de un halo de misterio que irremediablemente atrae con la misma fuerza con la que rompen las olas atlánticas en las costas de Galicia o Asturias, Irlanda (Éire), Cornualles (Kernow) o Gales (Cymru), Escocia (Alba), la isla de Mann (Ellan Vannin) o Bretaña (Breizh, antigua Armórica), e incluso Cantabria y el País Vasco.

 
CASTRO DE COAÑA
-Asturias-

En determinadas zonas del área de influencia de éstas antiguas tribus, se da un tipo de poblamiento muy especifico, de enorme belleza y ancestral energía, son los castros. Si bien su máximo exponente lo encontramos en Galicia, Asturias y Portugal, también se dan en Cantabria, el País Vasco, Zamora o León, dando lugar incluso a una cultura concreta denominada "cultura castreña".


                                                CASTRO DE SANTA TEGRA
                                                           -Laguardia-

 
Son poblados construidos por tribus que poseían un fondo común celta pero que eran totalmente independientes, se trata de edificaciones fortificadas sobre lugares estratégicos y cuidadosamente elegidos, aprovechando lo que la orografía aportaba principalmente para su defensa, como podían ser acantilados, ríos, etc, el resto del poblado se fortificaba con murallas, en ocasiones, con varios cinturones defensivos. Pero no se limitaban a observar las necesidades defensivas para su construcción, los sabios y druidas de la tribu, eran los encargados de determinar el lugar donde se ubicaría el poblado en base a observaciones y estudios tanto telúricos como simbólicos y orientativos del lugar, los celtas hacían pocas cosas sin tener presente los aspectos mágicos o místicos. En muchas ocasiones aprovechaban ubicaciones de tribus más antiguas de origen prehistórico para al construcción del castro, lo que les da a éstos mágicos lugares un halo mucho más antiguo y misterioso, que se respira a nada que nos acerquemos a uno de ellos y que nos enlaza directamente con la Edad del Hierro.

CASTRO DE A CIDÁ
-Costra da Morte-

La mayor parte de las viviendas eran de planta circular, en principio en su construcción se usaba el barro para las paredes y materia vegetal para la techumbre, evolucionando posteriormente a paredes de mampostería. No se observa una distribución urbanística, pues se construía en base a la estructura del terreno, pero si se observan canalizaciones. En las excavaciones de los diferentes castros se han encontrado restos de aperos de labranza, cerámica, bronce, hierro, y algo muy común entre las tribus celtas, una maravillosa y trabajada orfebrería de oro, que nos deja hermosos torques, hebillas, fíbulas, diademas, todo ello profusamente decorado con multitud de símbolos solares y de otro tipo relacionados con las creencias y mitología céltica.

MURALLAS DEL CASTRO DE COAÑA
-Asturias-

Estas construcciones como muchos elementos de la cultura celta están vinculadas a múltiples creencias, así, en Galicia, se cree que bajo los castros habitan los "mouros", seres míticos que esconden fabulosos tesoros que tan sólo serán mostrados a la persona osada, que se atreva a acercarse a los castros en la noche de San Juan, son tesoros en forma de saberes trascendentales y conocimiento, nunca riqueza material.

CASTRO DE COAÑA
-Asturias-

Tras los datos científicos, en éstos antiguos poblados, se esconde, al igual que los mouros, una magia que te envuelve como la bruma en el bosque cuando el viajero visita uno de éstos castros, bien sea junto al Océano Atlántico o perdidos en los más profundo de los bosques y montañas. Te susurran su magia con su ancestral rumor, heredada de una cultura singular, con unas raíces antiguas y sabias. Susurro que te lleva a disfrutar del misterio telúrico del castro de O Cebreiro, en Os Ancares; del rumor marino del poblado de Santa Trega en Laguardia; del de Baroña en la ría de Noia; del de A Cidá, en la Costa da Morte; del rumor del bosque que rodea al asturiano de Coaña; de la calma ancestral del alavés del alto de Castejón, en Navaridas.

CASTRO DEL ALTO DE CASTEJÓN
-Navaridas-

Antiguas construcciones que marcaron la vida de gentes antiguas cuya forma de ver la vida nada tiene que ver con la nuestra, pero a los que nos une el invisible hilo del misterio.

 

CASA EN O CEBREIRO
-Os Ancares-
 
Interesante documental del canal historia,
describiendo la cultura en los castros: