jueves, 12 de noviembre de 2015

TXINDOKI. LA MAGICA ATRACCION DE LAS CUMBRES

TXINDOKI

Hay montañas que nos atrapan de forma irremediable, sus formas nos atraen con una fuerza magnética a la que nadie, que ame las montañas, puede resistirse, montañas que se nos antojan inaccesibles, altas, sublimes, inalcanzables, pero algo inexplicable, nos impulsa a intentar embaucarlas, a intentar convencerlas de que nos dejen disfrutar de sus secretos.
Una de esas montañas es el pico Txindoki, un hermoso espolón calizo que se alza en tierras gipuzkoanas, como si de un faro pétreo se tratara cierra la mítica sierra de Aralar por el norte, allí donde la montaña se precipita en profundos barrancos, hay quien dice que se asemeja al mítico monte Matterhorn o Cervino, ubicado en los Alpes suizos.


MATTERHORN

Si bien su nombre más conocido es Txindoki, este topónimo parece que haría referencia a una majada pastoril ubicada cerca de la cima, al este de la misma, su nombre auténtico sería Larrunarri o Ñañarri. No es el pico más alto de ningún catalogo conocido, ni el más difícil de algún otro catalogo empeñados en encasillar las montañas, pero su fuerza, su telúrica energía forma parte de muchos de los que amamos esta sierra magnética.
Txindoki lanza como un espolón hacia el cielo sus 1.342 metros de altitud, visibles desde múltiples lugares de nuestra geografía, se mire desde donde se mire, es una montaña que siempre se reconoce, que atrae nuestra mirada, nuestro deseo de subirla una y otra vez.
Guardiana de ancestrales leyendas, como aquella que nos cuenta que cerca de su cima la diosa Mari, la principal deidad del panteón vasco, tiene una de sus moradas, se trata de Marizulo, una fabulosa cueva en la que habita la diosa, es esta una de sus múltiples moradas, junto con otras ubicadas en otras montañas como Murumendi, Aketegi,…. Dicen las leyendas que se sabe cuando la diosa está en una u otra de sus moradas, porque una neblina cubre la cima del pico, pero no se trata de niebla, sino del humo que emana su chimenea.


TXINDOKI. MARI ESTA EN SU CUEVA

Muchas son las rutas que alcanza su vértice, el más transitado, quizás demasiado, en algunos momentos, es el que parte del barrio de Larraitz, perteneciente al municipio de Abaltzisketa. La ruta comienza en el área de Zamao, tras haber dejado atrás la ermita de la Virgen de Los Remedios. 


ERMITA DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS EN LARRAITZ

Me gusta llegar a Larraitz aún de noche, con las estrellas iluminado el cielo y la luna alumbrándome en mi solitario caminar, tomar entonces la ruta hacia lo más alto de la montaña, es una sensación que me hace sumergirme un poquito más en mi interior, esa introspección unida al nerviosismo de la ruta, al caminar despacio hacia su vértice, es algo difícilmente repetible, es entonces cuando el silencio de la montaña te envuelve, te atrapa en sus dulces redes tejidas de árboles, praderas, rocas, sentimientos, vida, libertad. Es en ese momento en que caminas despacio rodeado de una soledad total, de un abrumador silencio cuando se funde tu alma y la montaña, cuando eres realmente libre, libre de criticas, de condicionamientos, de envidias propias y ajenas, de sies y noes, de dudas e incluso de certidumbres. Quizás sea eso, esa libertad extrema, dulce, salvaje, primigenia la que nos hace amar las montañas, quizás sean ellas las que nos devuelven por unos instantes a nuestro yo original, a nuestro ser más arcaico y profundo. Quien sabe, amigo, o tal vez sencillamente se trate de una caricia, o muchas, mutuas, entre los vientos profundos de las montañas y nuestras botas en la hojarasca, en el barro de los caminos o en las dulces praderas de altura.
Una pista evidente acaricia la cara norte de la montaña, a nuestra izquierda queda la peña de Neskarri y su enigmática leyenda, el camino va ganando altura poco a poco, dejando a nuestra derecha la ruta que se dirige hacia Auza Gaztelu


AUZA GAZTELU

Cruzamos una puerta metálica antes de que el camino se interne en un pinar, en este punto encontramos una cruz en una roca que pudiera marcar el ancestral camino hacia San Miguel in Excelsis o algún suceso que pudo acaecer en estas lindes, la historia se ha perdido en el tiempo, pero allí sigue como un testigo que guarda para sí el porque de su existencia. 


MISTERIOSA CRUZ CAMINO DE TXINDOKI

Hemos pasado a la vertiente oeste de la montaña, que nos regala unas extraordinarias vistas de sus vertiginosas paredes, reducto acotado para escaladores. Alcanzamos así la fuente de Oria Iturri, encajonada entre las paredes de Txindoki y la preciosa vista del pico de Auza Gaztelu, que se muestra ante nosotros hacia el oeste, atractivo, inexpugnable pero profundamente hermoso. 


FUENTE DE ORIA ITURRI

Poco a poco el día se despereza, las sombras van adquiriendo formas, maneras reconocibles, los entresijos de la noche se retiran alas profundidades insondables de la tierra, las montañas que solo intuíamos, que sentíamos sin ver, van adquiriendo forma como en un óleo colorista, bajo el sol recién nacido que baña de color todo a sus pies, las sombras van poco a poco adquiriendo sentido, o simplemente somos capaces de interpretarlas.


AMANECE CAMINO DE TXINDOKI

Tras la fuente, es posible recortar tiempo de ascensión si tomamos la canal que asciende hacia nuestra izquierda y que nos llevaría en fuerte pendiente hasta el collado de Egurral. Pero para subir a esta cima es mejor disponer de tiempo, de disfrutar de cada segundo, de cada paso, así que seguiremos por su ruta clásica, más larga pero mucho más atractiva. Un evidente camino que salva un fuerte desnivel nos llevará hasta el collado de Zirigate, cercano a una majada de pastores, símbolo de esta sierra. 


VISTA DESDE EL COLLADO DE ZIRIGATE

Desde aquí el panorama es sublime, dominando un amplio paisaje de montañas y de valles, a nuestra derecha se pierde el camino que nos llevaría hasta el recóndito y encantador valle de Alotza, que esconde celosamente la leyenda del menhir de Saltarri
MENHIR DE SALTARRI EN ALOTZA

Pero hoy hemos de continuar hacia nuestra izquierda, buscando esa cima que nos contempla desde las alturas, de aspecto difícil pero cautivador. 


TXINDOKI DESDE EL COLLADO DE ZIRIGATE

Poco a poco el camino va ganando altura hasta llegar al colado de Egurral, un sitio de referencia, donde parar un momento en nuestro caminar y reponer fuerzas antes de lanzarnos hacia la impresionante cuesta que tenemos frente a nosotros. Es curioso, siempre que he llegado a este collado abierto a la caricia del viento, he sentido cierto temor, o respeto hacia la cuesta que se presenta ante nosotros, es el último tramo de ascensión al vértice de Txindoki, pero visto desde aquí, a más de uno nos han dado ganas de darnos la vuelta y buscar rápidamente el valle. 


COLLADO DE EGURRAL

Pero sigamos adelante, despacio, sintiendo cada paso, dejándonos embaucar por la llamada telúrica de la montaña, poco a poco vamos ganando altura, hasta que de repente ya no hay más cuesta que subir, fugazmente, sin darnos cuenta, estamos en la cima. Es un momento mágico, aquí confluyen todas las rutas, aristas, paredes y caminos que osan acariciar la montaña, estamos en la cumbre, en lo más alto, la montaña, nos ha permitido acariciar su misterio, mostrarnos su cúspide, compartir con nosotros sus más profundos secretos. Nos entretenemos en dejarnos acariciar por el sol de su cumbre, jugamos a descubrir los mil y un picos que la vista alcanza a ver, a buscar los valles, los ríos, la mar….. Estamos en comunión con la montaña con nuestra montaña, nos cuesta arrancarnos de su vértice pero es hora de bajar, de agradecer a nuestra cima su complicidad, su regalo, es hora de desandar el camino despacio, sin prisa, saboreando lo vivido allí arriba, regresamos al valle, a contemplar la montaña desde la “seguridad” del mundo civilizado, o quizás estemos más seguros en la magnificencia de las cimas, quien sabe, cada cual busca sus respuestas donde puede.
Hay otros caminos que llegan a su cima, por el bucólico y delicioso vallecito de Muitze,

MUITZE

por su alpina arista oeste, desde los vallecitos de Ondarre, desde Igaratza por Alotza,

IGARATZA

por la calzada de Enirio, o por donde cada cual desee perderse y reencontrarse con ese Aralar atractivo, misterioso, solitario, y tal vez con uno mismo.
Acercaros ha esta sublime montaña, enamoraros de sus aristas, de sus senderos, de sus vertiginosas paredes, de sus leyendas y su magia, pero acercaros, subirla, 
escalarla, ,caminarla, contemplarla, acariciarla, lo que más os apetezca, pero sentirla, disfrutarla, no os defraudará, su energía os acompañará durante mucho tiempo, dejar que os enamore, si os acercáis a su magia, formará parte de vosotros, y siquiera por un momento fugaz pero mágico, formareis parte de ella. 

miércoles, 21 de octubre de 2015

USHUAIA. PROFUNDO MAGNETISMO AUSTRAL

USHUAIA

Hay lugares cuya simple mención hacer volar nuestra imaginación, nuestro deseo, nuestra curiosidad, nuestras ganas de coger la mochila y lanzarse a la aventura para sumergirnos en su misterio, son lugares magnéticos, atractivos, irrepetibles, sublimes. Uno de estos parajes únicos es la ciudad de Ushuaia y su entorno rodeado de una naturaleza desbordante, descomunal y magnifica. 

USHUAIA BAJO EL TEMPORAL

Dicen las guías de viaje, que Ushuaia es la ciudad más austral de la tierra, la que roza con la punta de sus dedos el sur, el gélido sur, la Antártida llama a sus puertas, y tal vez sea por esa localización única lo que la hace uno de los sitios más magnéticos de nuestro planeta.
Ushuaia esta enclavada en la isla Grande de Tierra de Fuego, en la provincia argentina de “Tierra de Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur”, si bien el islote, separado del continente americano por el estrecho de Magallanes, comparte administración con Chile. 

ANDES FUEGINOS

La ciudad se agazapa bajo los Andes Fueginos, que la rodean tanto por el norte, como por el oeste y el este, mientras que hacia el sur baña sus costas el mágico Canal de Beagle, cuyas aguas son una mezcla de los océanos Pacifico y Atlántico, de hecho Ushuaia es la única ciudad argentina ubicada en la zona occidental de los Andes y la única cuyas costas baña el Pacifico.

CANAL DE BEAGLE

Ushuaia está rodeada por el parque de Tierra del Fuego, ancestral hábitat de los Yámanas o Yagan, un pueblo indígena que habitó este archipiélago desde hace aproximadamente unos 6.000 años, pueblo nómada, que utilizaba canoas para desplazarse y cuya dieta se basaba en la caza, pesca y recolección.
MAQUETA DE LOS YAMANAS EN EL MUSEO DE USHUAIA

Sus orígenes pudieran estar entre los primeros pobladores del continente que cruzaron por el estrecho de Bering procedentes de Asia, o bien fruto de un desplazamiento de cazadores que procedían de la mítica Patagonia. De hecho, la denominación de la ciudad viene del antiguo idioma yámana, “ush” que significaría “al fondo” y “waia” que sería “bahía”, viniendo a significar bahía profunda o bahía al fondo. 
Esta cultura arcaica como el tiempo, nos ha dejado su impronta y se saborea su legado susurrándonos sus viejas historias, entre los insondables bosques patagónicos.

RECONSTRUCCION DE UN HABITAT YAMANA EN EL PARQUE DE TIERRA DE FUEGO

El primer contacto de los europeos con esta tribu indígena, pudo ser en el año 1578, cuando el marino Francis Drake, arribó con su tripulación a las costas del sur del archipiélago de Tierra de Fuego, tras ser zarandeados por un temporal durante 52 días. Tomó entonces contacto con indígenas que allí habitaban, pudiendo ser yámanas o kawesqar. Drake toco tierra, lo más probable, en bahía Desolada al oeste de Ushuaia, o en isla Henderson. Oficialmente no sería hasta el año 1884, concretamente un 12 de octubre, cuando se funda la ciudad de Usuhaia, año en el que Augusto Lasserre creó una subprefectura ubicada junto a una misión anglicana establecida anteriormente, para reafirmar la soberanía argentina.

LEONES MARINOS

El parque guarda numerosos secretos tanto en su fauna como en su flora, animales como zorros, pingüinos magallánicos, nutrias, lobos marinos o el castor americano se ocultan entre sus insondables profundidades, cubiertas por un magnifico bosque magallánico 
BOSQUE MAGALLANICO

donde encontramos entre otros árboles el mítico calafate, se dice que quien viaja a estas latitudes y come el fruto del calafate ha de volver. 

CALAFATE

Todo ello con el telón de fondo de enigmáticas montañas, cimas que ejercen un magnetismo telúrico sobre nosotros, un arcaico misterio nos atrae hacia sus alturas, nos hechizan, nos invitan a admirar sus formas inaccesibles, altas, lejanas pero profundamente sobrecogedoras.
Un viejo tren conocido como “El tren de Tren del Fin del Mundo” conecta la ciudad de Usuhaia con el parque, este ferrocarril servia antiguamente a la prisión de la ciudad. El Fin del Mundo, así se conoce a este lugar, Ushuaia, la ciudad del fin del mundo.

MONTAÑAS DE USHUAIA

Hacia el sur, Ushuaia abre sus brazos al misterio a espacios inexplorados, a sueños de navegantes intrépidos, de aventureros, de gentes valientes, inquietas, de soñadores que dirigen sus pasos hacia el sur hacia, el gélido y magnético sur, la Antartida, se siente, se huele, su frío acaricia nuestros rostros mientras navegamos por el canal de Beagle, 

NAVEGANDO EN EL CANAL DE BEAGLE

el misterioso, seductor e insondable canal de Beagle, en el que se ubica el conocido faro de Les Éclaireurs, es un faro chiquito, modesto, pero terriblemente enigmático y hermoso. 

FARO DE LES ECLAIREURS

Ubica su torre circular de 11metros de altura, de ladrillo rojo y blanco en un islote en medio del canal, rodeado de leones marinos y de aguas profundas que nos hablan de los secretos del Pacifico y el Atlántico, de naufragios y sueños, de conquistas y navegantes avezados que se lanzaban a las profundidades de estas aguas gélidas bañadas por los fríos antárticos. 

LEON MARINO

Vienen a nuestra mente míticos nombres como el cabo de Hornos o el estrecho de Magallanes cuya simple mención, era capaz de helar la sangre del navegante más bregado. Esto es Ushuaia y la tierra del Fuego, el Fin del Mundo, un lugar increíble, magnifico en su belleza, duro en su naturaleza extrema, es un lujo sentarse en la bahía, con el mural natural de la ciudad sobre el canal de Beagle pintada como un óleo sobre el lienzo de las montañas del Martial, meter los pies en las frías aguas de su costa dejándonos acariciar por estas inmensas aguas antárticas, conscientes de estar en un lugar único en el mundo, en las fronteras australes de nuestro planeta.

USHUAIA

Siguiendo el consejo de la vieja leyenda comimos el fruto del Calafate, quien sabe quizás volvamos a acariciar la magia de la ciudad austral, lo que si es seguro es que Ushuaia ha dejado una profunda huella en nuestro ser, a compartido siquiera efímeramente con nosotros, su profundo misterio.

sábado, 3 de octubre de 2015

OTOÑO. LA MAGIA DE LOS BOSQUES



Hayas, robles, abedules, arces o castaños, siguiendo su telúrico ciclo, sin prisa, componen estos días, una armónica paleta de tonos cautivadores, enigmáticos, desplegando mil y un matices de ocres, marrones y amarillos que pintan las laderas de nuestras montañas, anunciando a los cuatro vientos que ha llegado el otoño.


Algo magnético, inexplicable, profundamente atractivo, nos lleva a buscar la magia del bosque, a sumergirnos en su arcaico susurro, a dejar que la hojarasca acaricie nuestras viejas y gastadas botas, algo en lo más profundo de nuestro ser nos conecta con ese ancestral ritmo natural, nos lleva a escuchar el rumor del viento en las ramas de los árboles mientras nuestro espíritu se sumerge en la inmensidad de los bosques, es la magia del otoño.


Es el momento en que la naturaleza se prepara para el invierno, poco a poco, los hombres y rebaños, van descendiendo en busca del calor y la seguridad de los valles, los árboles comienzan a replegar su savia y los habitantes del bosque hacen acopio de víveres para el invierno. 
También nosotros, poquito a poco, nos sumergimos en nuestro propio interior, buscando esa esencia que a menudo se nos esconde, como queriendo pasar desapercibida ante el maremagno del ritmo diario.


Es tiempo de saborear la otoñada, de admirar los cielos casi irreales que nos traerá el viento sur, antes de dejar que la montaña se quede sola consigo misma, y busquemos refugio en la calidez del hogar, desgranando leyendas de nuestros mayores, junto al fuego.



Escapémonos a la libertad de las cumbres, a sentir en nuestras venas la ancestral magia de los bosques, a buscar siquiera, por unos efímeros segundos, nuestro yo más profundo, al fin y al cabo somos naturaleza.

viernes, 18 de septiembre de 2015

LA VISITA DEL AINGERU A IGARATZA. FERVOR EN LA SENCILLEZ

RECIBIMIENTO AL "AINGERU" EN LOS ALTOS DE ERRENAGA

Cada año, fiel a su cita con la tradición, la imagen del Arcángel San Miguel, abandona, por unas horas, su templo en 
las alturas de Aralar, para visitar la ermita de Igaratza, escondida en el hermoso paraje de Errenaga, allí donde Aralar nos muestra uno de sus muchos secretos, descubriéndonos un paisaje de horizontes abiertos hacia el oeste. 

SANTUARIO DE SAN MIGUEL IN EXCELSIS

ERMITA DE IGARATZA

VISTA DESDE IGARATZA

Es esta visita el único momento del año, en que el “Aingeru” visita territorio gipuzkoano, tras haber llevado a cabo su periplo por diferentes localidades navarras en los meses previos. Es esta una costumbre relativamente reciente, pero que tiene una raigambre especial, profunda en las almas de quienes amamos la sierra de Aralar.

IGARATZA

Esta singular tradición, data del año 1947, cuando se inauguró la ermita de Igaratza, desde esta fecha, cada principio del mes de agosto, la entidad montañera “Aralarko Adiskideak-Amigos de Aralar” de Tolosa, organiza una jornada festiva cargada de encanto, magia y fervor popular, a la que acuden cientos de peregrinos. 

REFUGIO DE LOS AMIGOS DE ARALAR

Allá por el año 1946, se inauguró, concretamente el día 15 de septiembre, una modesta capilla en Igaratza bajo la advocación de la Virgen de Arantzazu, con el fin de que los pastores que se hallaban en la montaña, pudieran asistir a la misa dominical, pues los templos de los pueblos circundantes de la sierra, les quedaban a varias horas caminando. Inicialmente se decidió celebrar el oficio religioso desde el 1 de mayo hasta el 1 de noviembre, pues en las fechas restantes, los rebaños y sus pastores transhumaban, buscando la calidez de los valles. Pronto, la ermita se quedó pequeña, y se amplió reinaugurándose la nueva capilla el día 21 de septiembre de 1947, y fijando las misas entre el tercer domingo de mayo y el tercer domingo de octubre.
La cita es un evento sencillo, silencioso, profundamente íntimo, son muchos los peregrinos que acuden a Igarazta por el abrupto camino de Minas, o por las sendas de Lizarrusti, desde el valle de Larraul por Prantzes Erreka, o por el paraje de Amorleku desde Uharte Arakil, por Uztoki subiendo desde Lakuntza, por la ancestral calzada de Enirio o por Burdingurutzeta. 

PRANTZES ERREKA

CALZADA DE ENIRIO

Cada uno por su camino, a su forma, sin protocolo, sin normas ni restricciones, algunos en solitario inmersos en sus pensamientos, otros en familia, pero sin prisa, sabedores de que vivirán una jornada y una experiencia única, en su humildad, que contrasta con el enorme fervor que se respira. Otros muchos deciden acompañar la imagen del “Aingeru” en su camino desde la emblemática Guardaetxe o casa del guarda, actualmente sólo hay un solar vacío donde se encontraba el entrañable refugio, un solar vacío en el que se esconden profundos recuerdos de muchos de nosotros al calor de su fuego, un solar vacío fruto del absurdo, del intento de restar carácter a nuestra montaña, pero continuemos nuestro camino, no sea que donde hoy hay un solar vacío pronto haya un restaurante de comida rápida. Allí llega la efigie desde su santuario en lo alto de la montaña, la expectación es máxima entre los presentes, y todos se acercan a ver la imagen durante el ratito que queda expuesta antes de iniciar la ruta. 

EL "AINGERU" EN GUARDETXE

Poco a poco los montañeros van poniéndose en marcha junto a los portadores de la imagen que irán turnándose en su cometido hasta los altos de Errenaga. 

CAMINANDO HACIA IGARATZA CON EL "AINGERU"

Es una experiencia única acompañar al “Aingeru” en su camino entre la verde cúpula de hojas de las hayas, algún rayo de sol, tímido se cuela entre las hojas iluminado la plata sobredorada que cubre la imagen de madera, un caminar lleno de magia, de compañerismo y de profunda belleza. Poco a poco va desgranándose el camino, tras pasar el característico alto de Korosabarrena, se avista el mítico paraje de Pago Mari, unido a la leyenda que le da nombre, las alturas de la sierra van asomando entre el hayedo y los laberintos calizos, tímidas, guardando celosamente todos esos tesoros que nos tienen reservados a quienes acariciamos sus laderas con nuestras viejas y gastadas botas. Como si de un arcaico canto de sirena se tratase, es inevitable sentir una telúrica atracción hacia esas cimas, sentir el impulso magnético de lanzarnos hacia ellas a caminarlas, a sentirlas, a embaucarlas para que aunque sea fugazmente compartan con nosotros sus insondables misterios. Pero hoy no es el momento, hoy estamos inmersos en un ancestral rito, acompañamos sin prisa a la esfinge de Aralar, que atesora leyendas, cuentos, historias e historia, amor, fervor, sentimiento, magia, un tesoro entre las manos de sus potadores. 

CON EL "AINGERU"

Poco a poco vamos llegando a los ocultos pasos de Ormazarreta, donde se esconde celosamente una profunda y conocida sima, se atisba, ya, el alto de Errenaga, allí junto a la muga esperan cientos de romeros que han acompañado al Cristo de la ermita de Igaratza, que ha salido ha recibir como se merece al “Aingeru”. 

CON ERRENAGA A LA VISTA


RECIBIMIENTO AL AINGERU

Es un momento profundamente hermoso, la emoción se refleja en los rostros cuando ambas imágenes se besan bajo la atenta mirada de los presentes y de las magnificas montañas de Aralar. 

LLEGANDO A ERRENAGA

Juntos descienden por el caminito hasta la ermita, donde a las doce del mediodía se celebra la misa, en el exterior, sobre un altar provisional, los fieles se reparten alrededor sobre la hierba de Igaratza, es un momento lleno de magia, bello en su sencillez y humildad pero magnifico en su fervor.

CAMINANDO HACIA LA ERMITA BAJO LA ATENTA MIRADA DEL PUTTERRI


EL "AINGERU" EN LA ERMITA DE IGARATZA


Tras los oficios religiosos viene el momento de la música y el baile, poco a poco los romeros van tomando posiciones para disfrutar de la jornada festiva. Llegada la tarde, cada uno va retornando a su ritmo por los mil y un caminos de la sierra, despacio, caminando llenos de emoción y sentimiento, de vivencias y de satisfacción, con el viento susurrándoles mil y una historias de nuestra sierra, y con el orgullo de haber sido parte, siquiera por un instante de la vieja tradición de la montaña.

viernes, 4 de septiembre de 2015

PELENDONES. ENIGMATICA CULTURA EN LAS FUENTES DEL DUERO

ATARDECE SOBRE LA TIERRA DE LOS PELENDONES


El Duero nace, humilde, apenas un hilo de agua, que poco a poco se irá convirtiendo en el grandioso río 

RIO DUERO A SU PASO POR SALDUERO

que viaja durante kilómetros buscando la inmensas profundidades del Océano Atlántico. 

OCEANO ATLANTICO


Ve la luz en las montañas del Sistema Ibérico, al norte de la provincia de Soria, es esta una región de enormes bosques, sobre los que sobresalen altivas cumbres que sobrepasan los 2.000 metros de altitud, una zona hermosa y atractiva, cautivadora y misteriosa. 

MONTAÑAS DEL SISTEMA IBERICO

Tierras habitadas por el ser humano desde la prehistoria, que han visto pasar los siglos, las historias, las leyendas y los viejos cuentos desde su telúrico silencio. A estas tierras llegaron allá por los siglos VIII-VII a.C., los Pelendones, un grupo tribal de origen céltico, proveniente de Europa, que atravesando los Pirineos por Roncesvalles, se instalaron al abrigo de las montañas del Sistema Ibérico. 

SISTEMA IBERICO

Su territorio estaría ubicado entre las localidades de Agreda, al este de Soria, hasta Salas de Los Infantes, 

SALAS DE LOS INFANTES

ya en terreno del actual Burgos, y desde la sierra de Cabreras donde se ubica la mítica y magnética Fuentona, hasta los Picos de Urbión. 

LA FUENTONA DE MURIEL

Este grupo, encierra en lo más profundo de su historia, misterios insondables que sólo acertamos a imaginar, quizás eso sea lo que hace tan atractiva su ancestral cultura, lo que hace que sintamos ese magnetismo que nos lleva a conocer su ancestral legado. Más tarde formarían parte de lo que se conoce como la Celtiberia, termino que se ha utilizado para designar a los pueblos prerromanos celtas o celtizados establecidos en la Península Ibérica aproximadamente desde el siglo XIII a.C., hasta la romanización allá por los siglos II a I a.C. Además de los Pelendones, formaban la Celtiberia los Arévacos, Berones, Belos, Titos, Lobetanos y Lusones, abarcando las actuales La Rioja, Soria, parte de Burgos y de Segovia, Guadalajara, zonas de Zaragoza y de Teruel, parte de Cuenca y de Valencia. Así mismo las fuentes clásicas realizan una subdivisión de la Celtiberia, por una parte tendríamos la Celtiberia Ulterior, de carácter pastoril y gentes aguerridas, ubicada en la zona de las fuentes del Duero, y que estaría formada por las tribus de los Berones, Pelendones y Arévacos, y por otra la Celtiberia Citerior, de carácter más agrícola y urbano compuesta por los Beros, Titos, Lobetanos y Lusones. La Celtiberia, además de ser un concepto histórico, es actualmente un sentimiento de pertenencia, que se respira cuando uno pasea por los lugares que la compusieron, Calatañazor, 

CALATAÑAZOR

La Fuentona de Muriel, Vinuesa, San Leonardo de Yagüe 

SAN LEONARDO DE YAGÜE

o Numancia, entre otros, conectándonos con lo más profundo de esta vieja cultura.

NUMANCIA

Las fuentes nos hablan de una tribu cuya organización se basaba en clanes independientes, pero perfectamente coordinados, pues estaban regidos por consejos de ancianos, destacaba su organización de igualdad entre hombres y mujeres. Su economía se basaba en la transhumancia, sin embargo este dato contrasta con la calidad de sus asentamientos, hasta tal punto que dichos asentamientos ha dado lugar al conocido por los especialistas con el término de “castro soriano”. 

CASTRO SORIANO

Este fenómeno surge hacia el siglo VI a.C., momento en el que se van formando emplazamientos, que dieron unidad al territorio, actualmente se conocen unos 30 de estos castros, se instalaban en cerros de altura moderada, desde donde se dominaba una parte importante del territorio que lo rodea, lo defendían con murallas. 

MURALLAS DE NUMANCIA

Muchos de estos emplazamientos, conservan aún hoy parte de sus estructuras, muchos cerros sorianos nos susurran su pasado vinculado a la extraordinaria cultura celta, son poblados chiquitos, pero que guardan en su belleza, la esencia de los tiempos. Tenemos muchos ejemplos, como el castro del Alto del Arenal en San Leonardo de Yagüe, 

ALTO DEL ARENAL EN SAN LEONARDO DE YAGÜE

el castillo en la ciudad de Soria, o el castro del Pico en Cabrejas del Pinar, por citar algunos. 

CASTRO DEL PICO EN CABREJAS DEL PINAR

La mítica ciudad de Numancia, referente en la lucha contra los romanos por su resistencia a la invasión, perteneció a los Pelendenos, si bien a lo largo de su historia, paso sucesivamente de manos pelendonas a manos arévacas, de hecho en el momento de la mítica resistencia ante Roma, Numancia pertenecía  a los Arévacos, los Pelendones eran aliados de estos, pero no pudieron socorrerles en el cerco por la amenazas del poderoso ejercito romano.

CERRO DE NUMANCIA

Los castros, presentan además de la muralla, piedras hincadas alrededor, formando parte del sistema defensivo, también presentaban torreones y fosos, las casa eran construcciones de mampostería, donde se desgranaban al calor del fuego viejas leyendas transmitidas de padres a hijos, tal vez quien se acerque a ellos con humildad, podrá escuchar al viento susurrándole estos ancestrales cuentos perdidos en la inmesisdad de los siglos.

FUEGOS ANCESTRALES

Eran sociedades tribales que desarrollaban su vida alrededor del castro, eran igualitarias aunque existían diferencias de riqueza, adoptando una explotación colectiva de la tierra. No se permitía el uso de esta tierra a los ajenos a la colectividad, lo que dio lugar a una individualización de cada territorio, marcando claras fronteras.
Según las fuentes tenían una divinidad  que al parecer se relacionaba con la luna, que era el dios de origen celta “Dis Pater”, que posteriormente fue asimilada por la mitología romana en Plutón. Tenían otras deidades como Drusuna que protegía el mundo vegetal, Lugodes o las matres

MATRIBUS USEIS

Una costumbre muy extendida entre los pueblos celtas, que practicaban los Pelendones, era la de abandonar a los soldados muertos en batalla, en determinados lugares o santuarios naturales, para que los buitres, animales sagrados, los devoraran y los devolviera de esta forma a los dioses del cielo.

BUITRES


La tierra de los Pelendones es pinariega, de hecho así se llama actualmente esta comarca Soriana, comarca de Pinares, extensas manchas de pino se agazapan bajo la atenta mirada de los picos de Urbión y de la sierra de la Demanda. 
BOSQUE DE PINOS SORIANO

Aún hoy podemos pasear con calma entre estos inmensos bosques cargados de belleza, escuchar el susurro de los tiempos y dejarnos embaucar por el magnetismo telúrico de las tierras de los Pelendones.