jueves, 2 de julio de 2015

ORGENOMESCOS. TIERRAS DE SALITRE Y BRUMA

LA COSTA DE LOS ORGENOMESCOS

un rincón de la geografía del norte de la Península Ibérica, el océano ha ido dibujando durante milenios, con la calma de los tiempos, un paisaje espectacular, magnético, un paisaje de playas escondidas 

PLAYA DE CUEVAS DEL MAR EN VILLANUEVA DE PRIA

y acantilados que caen a plomo desde las verdes praderas, para sumergirse en la magia de nuestro mar Cantábrico. 

ACANTILADOS

Se trata de las tierras del pueblo de los Orgenomescos, una antigua tribu cántabra que extendía su territorio entre los ríos Sella en Asturias y Nansa en el occidente de Cantabria, por el sur su territorio lindaba con el de los vadinienses.


RIO SELLA EN RIBADESELLA

Es esta una tierra encajonada entre el océano y las montañas que sirven de puerta de entrada a los majestuosos Picos de Europa, 

PICOS DE EUROPA DESDE EL MIRADOR DEL FITU

una tierra de naturaleza desbordante y un pasado tan antiguo como sus viejas piedras, una tierra que hechiza con sus ancestrales sones al ritmo de gaita sonando como un eco lejano, entre la bruma de sus bosques infinitos.

BOSQUE DE ABEDULES

Es aquí donde se instauró esta tribu cántabra, conocida como Orgenomescos, tribu belicosa como parece indicar su propio nombre, compuesto por las raíces célticas “org-no” (golpear, matar, saquear) y “mesk” (locura, borrachera), su nombre, significaría, de esta forma, “los que se embriagan en la matanza”. Fue un pueblo muy activo en el marco de las conocidas como Guerras Cantabras, unos enfrentamientos que tuvieron lugar durante los años 29 a.C.-19 a.C., entre las tribus astures y cántabras, frente al Imperio Romano. Según diversas teorías, a esta tribu perteneció el mítico y controvertido caudillo Corocotta, famoso por presentarse ante Augusto para cobrar la recompensa que ofrecía Roma por su propia cabeza, Augusto admirado por su valor, le dejó marchar.
Los datos documentales que han llegado hasta nosotros sobre estas míticas tribus, nos sitúan en el siglo III a.C., momento en el que comenzó el proceso de celtiberización de los cántabros. Si bien es probable que su poso nos trasladara hasta la Edad del Bronce, o incluso más lejos, hasta el neolítico, como lo atestigua el ídolo de Peña Tú, una pintura datada en el neolítico, situada en un abrigo rocoso de la Sierra Plana de la Borbolla, en Puertas de Vidiago. 

PEÑA TÚ

Se trata de un conjunto de pinturas de color rojizo, que representan esquemáticamente figuras humanas, diversos puntos rojos e incluso un animal. Pero en el conjunto destaca la figura del ídolo, de  aproximadamente 1,10 metros de altura, destaca sobre el conjunto. Representa la figura de una persona envuelta en una especie de túnica, con rectas, trazos en zig-zag, e incluso una especie de flecos sobresaliendo del tocado. 

IDOLO DE PEÑA TU

Al lado suyo se aprecia una especie de puñal con la punta hacia abajo, lo que vendría a significar que se trataría de una especie de jefe o persona influyente en su tribu. La peña pudiera ser un lugar de enterramiento, pues en su base hay una cavidad que pudiera estar destinada a tal fin, además en toda la sierra se han hallado diferentes túmulos destinados a enterramientos. Entre los pueblos celtiberos era costumbre dejar en determinados santuarios naturales el cuerpo del cadáver de los guerreros muertos en combate, para que los buitres, animales sagrados, los comieran y de esta forma devolvieran su alma a los dioses. 

BUITRES

Peña Tú pudiera ser un santuario de estas características, a decir del guarda del conjunto, la zona es lugar habitual de buitres. Se dice que la peña pudiera representar un cuelebre, serpiente de la mitología asturiana, al que se enfrentó el guerrero representado en las pinturas, aparecería representado con su mortaja y con el arma con la que dio muerte a la bestia que aterrorizaba a los lugareños. 

EL CUELEBRE, EN EL CAMIN ENCANTAU

Quien sabe, Peña Tu seguirá guardando para sí su ancestral misterio de siglos, envuelto en la leyenda, probablemente nunca lográremos descifrar su enigma, y tal vez sea mejor así.
Estos antiguos pueblos, tenían una profunda influencia de la cultura celta, como demuestran los muchos topónimos de origen céltico, que se dan en esta zona, como puede ser el río Bedón, cuyo nombre parece tener origen en el galo “Bedo”, que significaría canal o foso, y que desemboca en el Cantábrico en la deliciosa playa de San Antolin, junto al monasterio del mismo nombre. 

RIO BEDON

O la estela de Duesos, tallada con entrelazos célticos, situada en la población de Caravia Baja, una parte de la cual podemos admirar en el exterior de la iglesia de Santiago junto a un hermoso tejo. 

ESTELA DE DUESOS

Vinculada a este árbol sagrado para los celtas, existe una costumbre muy enraizada en todo el universo céltico, es aquella que consistía en reunirse bajo un tejo, a pasar el rato, o a deliberar los asuntos de la comunidad, la palabra dada bajo él, no se rompía bajo ningún concepto. 

TEJO

Aún hoy, en muchos lugares de Asturias, el tejo forma parte de la vida de la colectividad, cobijando bajo su sombra, en la plaza o junto a la iglesia a los vecinos que acuden a su abrigo. 

TEJO EN CARAVIA BAJA

En muchos de estos lugares este árbol sagrado ha tenido tanta importancia en la vida de los paisanos, que los emigrantes asturianos a las Américas, en las cartas que enviaban a su casa, preguntaban como se encontraba el “texu”.
Cerca del límite occidental de esta tribu, el río Sella, se eleva un macizo lleno de misterio y magia, me refiero a la sierra del Sueve, 

SIERRA DEL SUEVE DESDE EL MIRADOR DEL FITU

quizás en un pasado anterior a las invasiones romanas fuera esta sierra y no el río Sella el límite occidental de los Orgenomescos, quien sabe, de lo que si hay constancia es de que en los alrededores del Sueve han aparecido diversas estelas funerarias de esta tribu. Pero caminemos despacio hasta este mágico lugar, celoso guardián de hermosos bosques de hayas y de tejos, donde corretean libres los asturcones, esos pequeños y fuertes caballos autóctonos habitantes de estas montañas desde la antigüedad. 

COSTA DESDE EL MIRADOR DEL FITU

El Sueve es una magnifica atalaya para divisar desde la costa cantábrica hasta las altivas cimas de los Picos de Europa, con el Naranjo deBulnes al frente. La sierra esta presidida por el Picu Pienzu que eleva su cima sobre los 1.161 metros sobre el nivel del mar, parece que esta cumbre era un otero utilizado por los suevos que se asentaron en la zona, de ellos podría haber tomado su nombre la propia sierra. 

PICU PIENZU

Los suevos fueron un pueblo germánico que realizó diversas migraciones, formando el conocido como Reino Suevo en Gallaecia, era este un territorio situado en el extremo noroccidental de la Península Ibérica.
Todas estas historias puede que sucedieran o puede que no, pero nos queda la posibilidad de sentirlas en nuestros poros, cuando caminamos por los bosques brumosos del Sueve, o nos asomamos al mirador del Fitu, nos perdemos entre los preciosos hórreos de sus pueblos, 

HORREOS ASTURIANOS

nos dejamos salpicar por el salitre cantábrico en sus insondables acantilados, o escuchamos las historias mitológicas que los paisanos guardan como un tesoro.

EL NUBERU, EN EL CAMIN ENCANTAU


Esta es la antigua tierra de los orgenomescos, una tierra que huele a bruma, a mar, a montañas mágicas y a ancestrales historias que se pierden en lo más profundo de los tiempos. 

COSTA ORGENOMESCA

Una tierra que huele a árboles sagrados y raíces profundas, a viejas culturas y leyendas, una tierra que cautivará irremediablemente a quien se acerque a ella y escuche los susurros de los vientos que vienen del océano, a contarnos todo esto y mucho más, mientras acarician las hojas de los árboles de sus profundos bosques.

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