Estamos
en el solsticio de invierno, antigua fecha importantísima en el calendario de
los pueblos agrícolas, que se cristianizó bajo la advocación de San Juan Bautista.
Es la época de esplendor de la naturaleza y de la plenitud del sol.
La noche de San Juan es un momento mágico, cargado de simbolismo, de viejos cultos que se mezclan con creencias cristianas, es un tiempo propicio para la recogida de determinadas plantas, que en esta fecha adquieren mayores propiedades que de costumbre.
ATARDECER
La noche de San Juan es un momento mágico, cargado de simbolismo, de viejos cultos que se mezclan con creencias cristianas, es un tiempo propicio para la recogida de determinadas plantas, que en esta fecha adquieren mayores propiedades que de costumbre.
ESPINO BLANCO
Es la
época del fuego y del agua, momento de ritos, de encender hogueras con ciertas
plantas concretas en las encrucijadas de los caminos, para recordar al sol que
siga brillando, y saltar sobre los fuegos como preventivo. Época de viejas
costumbres vinculadas con el agua que se dan en determinadas fuentes como la de
San Juan Iturri en San Juan Zarr, momento de caminar y bañarse en las aguas o
en el rocío de la amanecida del día de San Juan, para adquirir sus propiedades
benefactoras y profilácticas.
Son muchos los viejos ritos que nos han legado nuestros antepasados, acostumbrados a observar, convivir y respetar profundamente a la naturaleza que les rodeaba, ritos ancestrales, arcaicos, que hunden sus raíces en lo más profundo de nuestra vieja cultura, ritos que hoy, por alguna extraña razón, siguen practicándose con un porqué muy distinto al que motivaba a nuestros antepasados a llevarlos a cabo, pero que se mantienen entre nosotros como si un arcaico magnetismo nos impulsara a renovar estos viejos usos, guardados entre las brumas del tiempo.
CAMINANDO EN EL AGUA EN SAN JUAN ZARR
Son muchos los viejos ritos que nos han legado nuestros antepasados, acostumbrados a observar, convivir y respetar profundamente a la naturaleza que les rodeaba, ritos ancestrales, arcaicos, que hunden sus raíces en lo más profundo de nuestra vieja cultura, ritos que hoy, por alguna extraña razón, siguen practicándose con un porqué muy distinto al que motivaba a nuestros antepasados a llevarlos a cabo, pero que se mantienen entre nosotros como si un arcaico magnetismo nos impulsara a renovar estos viejos usos, guardados entre las brumas del tiempo.
Uno de
estos ritos, tiene lugar en la localidad navarra de Urdiáin, que se agazapa en
la Burunda, cobijada por las moles montañosas de las sierras de Aralar y
Urbasa, mientras se deja acariciar por el río Arakil. En este hermoso pueblo,
tienen lugar en la tarde del día de san Juan, unos viejos conjuros, junto a la
hoguera que se enciende en esta fecha, contigua a la ermita del santo de la
localidad.
Los llevan a cabo nueve mujeres, ataviadas con un curioso traje, propio de la localidad, que consta de un corpiño bordado y de una serie de faldas amplias, la primera de estas faldas, se recoge sobre la cabeza de atrás hacia adelante, otorgando a la chica un curioso y enigmático aspecto.
Con el encendido de la hoguera, en el exterior del templo, las muchachas se cogen de las manos formando un círculo y ejerciendo un movimiento rítmico con sus manos, las bajan hacia el suelo y elevan hacia el cielo, siempre manteniéndolas unidas mientras entonan una extraña canción relativa a San Juan.
Al terminar, todas al unísono gritan el conjuro:
ERMITA DE SAN JUAN EN URDIAIN
Los llevan a cabo nueve mujeres, ataviadas con un curioso traje, propio de la localidad, que consta de un corpiño bordado y de una serie de faldas amplias, la primera de estas faldas, se recoge sobre la cabeza de atrás hacia adelante, otorgando a la chica un curioso y enigmático aspecto.
CONJUROS DE URDIAIN
Con el encendido de la hoguera, en el exterior del templo, las muchachas se cogen de las manos formando un círculo y ejerciendo un movimiento rítmico con sus manos, las bajan hacia el suelo y elevan hacia el cielo, siempre manteniéndolas unidas mientras entonan una extraña canción relativa a San Juan.
CONJUROS DE URDIAIN
Al terminar, todas al unísono gritan el conjuro:
“Orain arte belar, hemendik aurrera gari!”
“¡Hasta ahora hierba, y en
adelante trigo!”
Todo nos indica, en este curioso y ancestral rito, su profunda vinculación con la naturaleza, quizás con el recordatorio al astro rey de que continúe haciendo posible con su calor, que sigamos teniendo alimento. Tras finalizar los conjuros se obsequia a los presentes con vino servido en unas curiosas tacitas de plata.
TACITA DE PLATA
El eminente investigador oriundo de la propia localidad de Urdiáin, Padre Don José María Satrustegui, explica que en los tiempos antiguos, las mujeres acudían en grupo a los trigales a medianoche de esta mágica fecha, para realizar los conjuros. Primero cantaban el siguiente canto de San Juan:
“Egu bai egun honek
San Juan dirudi,
Ez da San Juan baina
Hala alumbra bedi”
“Hoy sí, que este día
Parece San Juan.
No es San Juan pero
Amanezca ya así”
Tras
este canto, realizaban el conjuro antes descrito.
CONJUROS DE URDIAIN
Sea
como fuere, su arcaica esencia se ha perdido con el paso de los tiempos, sin
embargo tenemos, aún hoy la ocasión de acudir en la noche mágica de San Juan,
hasta esta pequeña localidad de la Burunda, y dejarnos embaucar por el enigma
de los viejos conjuros, que lanzan las mozas del pueblo.
Dejarnos seducir por el fuego de las hogueras y hechizarnos por su arcaico magnetismo, dejarnos encantar por sus telúricas llamas, como lo han hechos los hombres a lo largo de los siglos. Al fin y al cabo, estamos en una noche mágica y misteriosa, viviendo la tradición.
FUEGO DE SAN JUAN
Dejarnos seducir por el fuego de las hogueras y hechizarnos por su arcaico magnetismo, dejarnos encantar por sus telúricas llamas, como lo han hechos los hombres a lo largo de los siglos. Al fin y al cabo, estamos en una noche mágica y misteriosa, viviendo la tradición.
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