CHOZO DE PASTOR CERCA DEL PUERTO DE LAS SEÑALES
Existe
un lugar donde extensos bosques cubren las laderas de impresionantes montañas
que se alzan majestuosas, un lugar donde aún campan a sus anchas rebecos,
corzos e incluso osos, en constante equilibro natural con el entorno y con las
gentes que allí habitan. Un lugar donde la bruma juega con centenarias hayas,
robles, avellanos, castaños y tejos, sin ceñirse a las fronteras administrativas
descorazonadas, siguiendo su impulso herrante, vagando por sus atávicos
dominios, como lo ha hecho siempre.
MONTAÑA ASTUR-LEONESA
Se trata de la zona de la montaña leonesa-asturiana,
un lugar cargado de mitos, de leyendas, de viejas costumbres que hunden sus raíces
en lo más antiguo de la tradición, de pueblos donde parece haberse detenido el
tiempo, con gentes amables y sabias dispuestas a charlar con el viajero y trasmitirle
todo su legado cultural de siglos, de parajes impresionantes, atractivos,
hechizantes, cargados de una magia y una belleza ancestrales que atrapan
irremediablemente al viajero.
ALMANDREÑAS
Su ubicación
a caballo entre el noreste de León, el este de Asturias e incluso el oeste de
Cantabria, nos habla de su pasado vinculado a una tribu de origen cántabro: los
Vadinienses.
CHOZO EN EL LAGO DE ISOBA
Según el historiador Ptolomeo, esta tribu formaría parte de una de
las 8 “civitates”, en que se dividía la nación cántabra, los vadinienses
estarían formados por cuatro clanes: los Arcaedunos, los Aroniaecinos, los
Cantianos y los Corovescos. Su ubicación concreta es un misterio, situándolos
según muchos autores en la zona de la actual localidad de Burón, otros en
Cangas de Onís y otros la ubican en Crémenes, la única evidencia que tenemos son
las múltiples estelas aparecidas en diversos pueblos de la zona, de origen
indiscutiblemente vadiniense, datadas hacia el s. III d.C.
ESTELA VADINIENSE
Su distribución se
daba en ambas vertientes de la cordillera cantábrica, al norte se extendían por
las tierras del Ponga y el Sella, llegando hasta el mar Cantábrico, al sur de
la cordillera, su territorio abarcaba las tierras de la montaña oriental leonesa
hasta un poco por debajo de Cistierna, por el Este cerraba el territorio el río
Carrión y por el oeste el alto de Porma, cerca de Puebla de Lillo y del hermoso
lago de Isoba.
LAGO DE ISOBA
Su
cultura era eminentemente castreña, y matriarcal, su principal ciudad sería
Vadinia, cuyo emplazamiento exacto se desconoce, no se conservan muchos restos
de castros vadinienses, o no están excavados, como ejemplo tenemos el de
Castitejón, cerca de Isoba.
CASTRO DE CASTITEJON
Regia su vida diaria un jefe que se apoyaba en
diversas instituciones, entre ellas un consejo de ancianos, se dividían en
tribus que a su vez se subdividían en clanes, estos constaban de varias
familias con antepasados comunes. La vestimenta masculina era básicamente túnicas
y capas de lana, además de cintas para sujetar sus largos cabellos y una
especie de gorros de lana y abarcas de cuero, las mujeres vestían enaguas y
vestidos bordados con flores.
RECREACION VADINIENSE
Las armas que utilizaban sus guerreros eran
ligeras, dardos o lanzas, espadas cortas y puñales, además de un arma característica
de forma curvada de unos 45 cm. de hoja, la Falcata.
FALCATA Y HACHA DE CUERNO
Eran
tribus con una clara influencia cultural celta, esto se observa en antiguas tradiciones
que aún hoy perviven, Como ejemplo encontramos en la localidad de Riaño, una
ancestral costumbre consistente en que los mozos subían al pico Jaido, por
orden de un mayordomo, en la víspera de San Pedro. Cogían un haz de ramas del
tejo que se haya en dicha montaña, bajándolas al pueblo, otros jóvenes habían
hecho lo mismo con ramas de otras especies arbóreas. Estas tenían que ser de la
mitad de tamaño que las del tejo, tantas como chicas hay en el pueblo, la rama
más grande se destina para poner el ramo de la Virgen. Se pelaban ramas de
salguera y atándoles un puñado de las ramas de tejo, con estos ramos se adornan
a la Virgen, la espadaña de la iglesia, y los balcones y ventanas de las mozas.
Esta es una antigua tradición cristianizada, antiguamente vinculada a los ritos
de la naturaleza, y a los espíritus del bosque, el tejo además era sagrado para
la cultura de los antiguos celtas.
RIAÑO
Se
trata de una zona con múltiples referencias histórico-míticas, encontramos, así
el macizo de los picos del Mampodre, montañas ubicadas en la divisoria de los
ríos Porma y Esla, entre los valles de Valdeburon y Puebla de Lillo.
SIERRA DE MAMPODRE
Forman una
sierra de enorme belleza y posibilidades montañeras, mirando sus cimas por
encima de los 2.000 metros de altura, sobrecoge su aspecto fiero de origen
glacial, sobre todo cuando escuchamos de boca de algún paisano la leyenda que
las sumerge en un halo de misterio.
Cuenta
esta leyenda, que el nombre de estas montañas derivaría de la definición “Manos-podadas”,
tal macabro topónimo se debería al castigo que el Cesar de Roma infringió a los
rebeldes astures, que retuvo en estas montañas, en represalia por todos los
daños causados al ejercito de Roma, mandó cortar a los guerreros las manos, con
el fin de que no pudieran levantarse más en armas contra su ejercito. La
leyenda nos sigue contando que las aguas del lago Mampodre que se agazapa en la
sierra, en el término de Maraña, se trataría de las lágrimas de las mujeres
astures, que lloraban la pena infringida a sus maridos.
ATARDECE SOBRE LA SIERRA DE MAMPODRE
En los días de junio
podremos ver a estas mujeres lavando sus dorados cabellos a orillas del lago
convertidas en Xanas, hadas de la mitología astur-leonesa que vendrían a ser un
equivalente de las Lamias vascas, o Anjanas cantabras, algunos autores han
equiparado a las Xanas con la diosa Diana de la mitología romana y Artemisa de
la griega, diosa de la caza protectora de la naturaleza y lunar.
El
misterio de toda esta mitología, nos lleva suavemente a la espesura de los
profundos bosques de hayas que se abren ante nuestros ojos cuando cruzado el
puerto de Tarna nos deleitamos con el exuberante paisaje del parque natural de
Redes.
REDES
Pequeños pueblos se agazapan en los fondos del valle que el río Nalón ha
horadado entre enormes desfiladeros, pueblos llenos de cultura ancestral que
guardan como el tesoro etnográfico que son, hermosos hórreos cuadrados del
estilo asturiano.
HORREO ASTURIANO EN REDES
Muy cerca de la localidad de Sobrescobio un delicioso paseo
entre árboles nos invita a conocer los misterios del cauce de un río con nombre
evocador, Alba. Es un paseo tranquilo para el disfrute de los sentidos, para
realizarlo sin prisa, bañarse en una de sus múltiples pozas y dejarse embaucar
por las viejas historias del bosque.
TEJO EN REDES
Aunque
si nuestro deseo es zambullirnos de lleno en la impresionante mitología
asturiana, escapémonos hasta el cercano conceyu de Amieva, muy cerca del
parque de Ponga, allí encontramos la ruta del Beyu Pen.
EL BUSGOSU EN BEYU PEN
Con la excusa de seguir
una hermosísima calzada romana que se dirige al conceyu de Parres, el
caminante podrá deleitarse con un bosque autóctono desbordante donde
representaciones mimetizadas con la naturaleza, nos muestran personajes de la
mitología, pero no es fácil encontrarlos, se trata casi de un juego, así en
algún rincón nos puede salir al encuentro el Nuberu, encargado de formar las
tormentas, o el Busgosu, con forma humana, patas y cuernos de cabrito, pero
dispuesto a auxiliar a los pastores, y así van surgiendo de entre la espesura muchos
otros personajes míticos, que nos
hablaran, a quien quiera escucharlos con la mente abierta, de las raíces viejas
de un pueblo viejo, que por suerte mantiene toda esta ancestral cultura para
nuestro deleite.
PICOS DE EUROPA
Cerca
quedan los enigmáticos Picos de Europa con sus ríos como el Cares, sus barrancas
sus collados de nombres magnéticos como Collado Jermoso,
FUEGO ANCESTRAL
pero esto es ya otra
historia, que sin duda desgranaremos sin prisa mientras chisporrotea algún
tronco de haya en el fuego de la chimenea.
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